El mismo Cristo fue obediente y obediente hasta la muerte Filipenses 2,8 “Se rebajó a sí
mismo, haciéndose obediente hasta la muerte y una muerte de cruz”. ”En efecto, así como por la desobediencia de un hombre, todos fueron constituidos pecadores, así mismo por la obediencia de uno, todos serán constituidos justos”
La obediencia no siempre es fácil de cumplir a veces cuesta disgustos, dolor, sangre, renuncia y sacrificio. Quien obedece no se equivoca. Todo ser humano está sometido a la obediencia: el hijo en el hogar, el alumno al profesor, el ciudadano a la ley del estado, el pueblo al alcalde, gobernador y presidente, el sacerdote al obispo, el obispo al papa y el papa al mandato de Jesús.
Toda persona que no quiere someterse a la obediencia se somete a una sanción impuesta por la autoridad competente. La sanción puede ser: castigos morales, sicológicos, físicos, afectivos. Al niño se le corrige con la abstención, con al reprensión y a veces son el físico y al adulto con la privación de la libertad por ello existen cárceles, presidios y destierros.
La obediencia es una virtud que se debe cultivar y practicar, es difícil porque hiere el orgullo y la soberbia del infractor.
El Scout debe aprender a obedecer desde su hogar, allí se afianza esta hermosa virtud tan debilitada en la época actual. Es necesario vivir esta ley y darle plenitud en el cumplimiento ya que esta es una forma de tener paz, armonía y bienestar en el hogar.
Cuando se desobedece una orden se descompone la unidad familiar y si cada cual hace lo que le venga en gana viene como consecuencia, el desorden, el caos y la vida insoportable.
En este punto de la ley además de escuchar el mandato de obedecer sin réplicas se le agrega el no hacer nada que quede mal hecho o con mediocridad.
Un Scout que ha formado su carácter férreo, se preocupa porque su trabajo sea el mejor en
presentación y contenido. Además mira con respeto a sus padres a quienes les obedecen porque saben que ellos siempre buscan su bienestar y un futuro maravilloso.
Se obedece siempre a la persona que sabemos que jamás intenta algo malo contra quien obedece. Aunque a veces hay que obedecer al malvado con el fin de salvar nuestra vida, pero jamás para ser cómplice de sus maldades.
Se debe obedecer a Dios en sus mandamientos, quien siempre busca nuestro bien y felicidad;
obedecer a la autoridad en la impartición de la ley, pues tiene en sus manos la justicia para sancionar o premiar; y a su propia conciencia que le dice qué es lo malo y qué es lo bueno.
Obedeciendo conseguiremos la paz y la libertad tanto en el hogar como en el colegio y la sociedad. Baden Powell tuvo una visión maravillosa de dejar este punto de la ley como medio de conseguir la libertad y armonía de sus miembros.
CUETIONARIO:
1.- ¿Obedece usted rápidamente o cuestiona la orden con altanerías?
2- ¿Sabe usted que obedecer a sus padres es una ganancia para implantar la paz?
3- ¿Cree usted que obedecer es humillante y que resta a la libertad de la persona?
4- ¿Sabe usted que todo ser humano debe obedecer a unas normas y leyes dictadas por la autoridad?
5- ¿Sabe usted que quien no obedece está sometido a una sanción o es un fugitivo de la ley?
6- ¿Como Scout usted es sumiso en la obediencia o solo es un Scout de nombre y uniforme?
7- ¿Sabe usted que cuando obedece usted sale ganando?
8- ¿Se preocupa usted por hacer sus trabajos en orden, completos y que queden bien hechos?
9- ¿Sus cuadernos los lleva con altura y dignidad o daría vergüenza revisar sus cuadernos?
10- ¿Se preocupa usted por hacer sus investigaciones como tareas impuestas, o se atiene a los demás?
Darío Valencia López Pbro.
“Mi honor es cumplir los principios, la ley y la promesa”
Tomado de Logros y Metas Nº 609
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