domingo, 19 de octubre de 2008

Lo que Carlos Ruiz Zafón tiene que decir sobre la maldad

Carlos Ruiz Zafón es uno de estos escritores españoles que se han puesto de moda en los últimos años. Me compré una de sus novelas por recomendación de mi hermana, pero la verdad es que no me termina de gustar. Se llama La Sombra del Viento y la edición que tengo es del 2003 y es ni más ni menos que la octava edición. O sea que algo debe tener este novelista, para que sea tan demandado.

En todo caso, en el Capítulo 18 tiene una secuencia en la que discuten dos personajes. Uno de ellos es el loquito de la novela, el cual, como suele suceder con esta clase de libros, es la voz del autor del libro que se filtra para dar su opinión sobre distintas cosas. O eso me parece, en todo caso.

El personaje en cuestión es Fermín Romero de Torres, un loquito que el personaje principal recoje de la calle y al que le da trabajo, para descubrir que resultaba ser un erudíto y una persona harto culta.

Acerca de la gente mala, dice lo siguiente.
Mala no. Imbécil, que no es lo mismo. El mal presupone una determinación moral, intención y cierto pensamiento. El imbécil o cafre no se para a pensar ni a razonar. Actúa por instinto, como bestia del establo, convencido de que hace el bien, de que siempre tiene la razón y orgulloso de ir jodiendo, con perdón (sic), a todo aquel que se le antoja diferente a él mismo, bien sea por color, por creencia, por idioma, por nacionalidad o, como en el caso de don Francisco, por sus hábitos de ocio. Lo que hace falta en el mundo es más gente mala de verdad y menos cazurros limítrofes.
A mí me dio que pensar, en el sentido de que hay tanta gente tarada a la que no le importa a quién pisa con tal de llegar al siguiente puesto en la jerarquía. Y en el caso de la ASP, esa actitud es fatal, porque estamos en una situación crucial. Son tan pocos inscritos... Pero en fin. Esos casos psiquiátricos me imagino que no se aplica la lógica normal y son difíciles de entender sin estudios de psicología.

Quizás necesitemos más malvados verdaderos. Que en su obsesión por tomar el control de la ASP sí reparen en el daño que hacen al atacar a otros y amedrentarlos y tratarlos mal. Eso de hecho sería preferible que la situación actual. Aunque no la ideal, por supuesto.

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