martes, 30 de septiembre de 2008

Lo que Mirko Lauer tiene que decir sobre los anti-sistema

Mirko Lauer tiene una larga trayectoria en docencia y en periodismo. Y la verdad, me da flojera presentarlo, así que al que le interese, que entre a su hoja de vida en Libros Peruanos aquí. El caso es que hace unos días yo he sido acusado de anti-sistema. Se supone, yo no sabía, que me opongo a todo y que todo en la ASP está mal para mí. Lo cual, claro, es una posición comodísima para los incompetentes que hacen chanchullo y medio, porque ya no tienen que prestar atención a ninguna crítica.

Casualmente hace unos días Mirko Lauer en La República escribió una columna titulada Latin American Idol: El antisistema. Debo comentar que Mirko Lauer no es precisamente de mi adoración. De hecho, hace un mes escribió otra columna en la que me acusaba a mí de no saber sumar (pero eso es otra historia). No obstante, cuando leí que me acusaban de anti-sistema me puse a buscar una definición aceptable de ese calificativo, para poderla comentar aquí. Y la verdad es que no encontré ninguna. Pero esta columna me pareció buena. Sobre todo esta parte:
La palabra es torpe para definir su propio significado, como lo es también sistema. Ambas remiten a abstracciones que en política necesitan mucha información adicional para llegar a significar algo. (...) Pero las palabras que significan poco o nada tienen la ventaja de poder ser utilizadas para decir casi cualquier cosa. (...) El uso de antisistema se complica más cuanto menos clara es la idea de sistema. En verdad sistema viene siendo usado aquí como un eufemismo de orden establecido. Pero como no hay político que no ofrezca modificar el orden establecido (como en la expresión "cambio responsable"), a la hora de defenderlo en los hechos prefieren usar la palabra sistema.
Eso último es la parte que más me gustó. Está bien, ¿me quieren llamar anti-sistema? Puede ser. Pero, ¿a qué sistema me estaría oponiendo? ¿Acaso hay un sistema al cual oponerse? La verdad de la milanesa es que cada grupo hace lo que le da la gana en el Perú, pues la propuesta oficial es en muchos componentes no aplicable.

Eso es una cosa. La otra es que el pensamiento anti-sistema no nace de la locura. Nace del decontento. Si no fuese por el descontento popular, Antauro no habría surgido. Lo mismo nos sucede con el escultismo en el Perú. La deserción masiva a otras asociaciones paralelas, por ejemplo. O las críticas fuertes. Todo eso no cae del cielo por razones desconocidas. Todo eso surge del descontento que existe con la forma como se están manejando algunas cosas. Y de la poca tolerancia para aceptar críticas y comentarios, precisamente.

Claro, como siempre es más fácil acusar a los críticos de locura o demencia o ambiciones personales, que aceptar los errores. Eso siempre es así en todos lados. Pero se esperaría que en una organización que fomenta el desarrollo personal como la ASP eso no hubiese. Una pena.

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