
Uno de los fuertes del postmodernismo es que privilegia la diversidad y la fragmentación y constituye una total y clara amenaza a todo tipo de totalitarismo. Es, como lo dicen los autores del libro, una celebración de la pluralidad en todo sentido. Y que cualquier política que no considere esto está predestinada al fracaso.
La relevancia que esto tiene en la educación es inmensa. Por ejemplo, el aprendizaje ya no puede ser entendido como la búsqueda de que todos en el mundo persigan un mismo currículo. Distintos grupos sociales reclaman sus propias enseñanzas y generar su propia historia e interpretación de hechos.
Los textos y los objetivos educativos ya no persiguen un mismo criterio universal, sino que deben estar conectados con su propia realidad, con su propia religión, con su propio espacio geográfico.

Eso sería lo coherente con la actual tendencia. Lo otro es más evidencia de que el Movimiento Scout está rezagado en el tiempo. Es más, cuando dicen que el MACPRO es una reforma para incorporar nuevas tendencias educativas al método scout, este punto debió haber sido uno de los primeros de su agenda.
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