La vida nos da tantas sorpresas que muchas veces nos quedamos atónitos de sus acontecimientos y rabia al conocer tanta crueldad y sufrimiento de la manera cómo vivieron hermanos nuestros, en el pasado, en nuestra patria, la patria que nos vio nacer y crecer, sin imaginarnos que, sus gobernantes, cometieran atrocidades sólo por el hecho de no haber nacido en nuestro terruño.
Casos como los que acabamos de enterarnos de la familia de nuestro muy amigo Daniel Oscar Tagata Asano, y que nos hiciera conocer por su valentía, y luego de haberlo guardado por setenta largos años en el baúl de sus tormentas y recuerdos de todos los días, el trauma con que vivió él y su familia en el pasado y en nuestra propia tierra, es algo que nos ha sorprendido y tocado lo más profundo de nuestro ser, al enterarnos en Logros y Metas N° 683 la tragedia que vivieron sus padres y hermanos en el pasado en nuestro Perú, y que transcribiéramos en Huerequeque N° 490 bajo el título ¿QUIÉN REPARA EL DAÑO DE TANTA CRUELDAD, DEL PASADO? CRONICA DE UN VALIENTE HOMBRE.
Así como la familia Tagata Asano, hubo otras familias que también sufrieron en carne propia los atropellos y abusos de nuestras autoridades mediocres, de esos tiempos que, bajo consignas de ideologías baratas internacionales sólo se dedicaron a que muchas familias extranjeras vivieran trágicos momentos de angustia y misericordia en tierras peruanas o sabe Dios con qué otras consignas miserables.
El padre de Daniel Oscar al llegar a nuestro país del Japón, por mejoras económicas, trabajó en la Hacienda Laredo de Gildemeister y luego con los recursos ahorrados adquirió un Bazar en la Av. Principal del puerto chalaco, en la quinta cuadra de la Av. Sáenz Peña, frente al Ovalo del Callao en el año de 1937, donde estaban los principales comercios.
En Laredo, como admirador de las Culturas Mochica y Chimú, comenzó a coleccionar las bellas piezas arqueológicas y a tomar conocimiento de la historia de nuestros antepasados y coleccionar las monedas de plata que circulaban en esa época. Éstos recuerdos imborrables aún son conservados por el amigo Daniel Oscar bajo cinco candados y que, estoy seguro, servirán de herencia para sus nietos quienes recordarán, con orgullo, el riquísimo legado de su señor padre, y sobre todo, conocerán el rico pasado que tuvo nuestro querido Perú.
Nuestro amigo Daniel Oscar se instala en el Callao y su padre trabaja con honestidad para sacar adelante a su familia, y luego de una serie de saqueos, abusos y “propinas” que eran el pan de cada día, éste establecimiento fue expropiado a su señor Padre de Daniel por el Gobierno de turno, de ese entonces, iniciándose la triste odisea de vivir escondiéndose para que no fuera deportado junto a toda su familia.
Como la familia Tagata Asano, estoy seguro que, muchas otras familias, también han sufrido el horror y la tragedia de vivir en zozobra y angustia. Como se recordará, también en nuestro país, con nuestros mismos compatriotas a consecuencias del terrorismo, muchas familias sufrieron la muerte y desolación de sus seres queridos, y la pregunta es ¿Quién repara todos éstos daños?
Tomado de Logros y Metas N° 690
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